Soñamos a diario con tantas cosas pero rara vez tomamos la decisión de materializar alguno de esos proyectos. La vida se construye poco a poco y no podemos pretender que las cosas que deseamos lleguen mágicamente. Escoge uno de esos sueños y escribe el plan que te llevará a cumplirlo, que tal?
El ejemplo perfecto que traigo hoy es el ejercicio. Desde Febrero 2015 decidí incluir dentro de mi agitada agenda diaria, una hora de ejercicio para mi! Fue un pacto personal que decidí emprender por mi bienestar y el de mi familia, porque cuando la mamá está bien y se siente bien, el hogar funciona mucho mejor! El primer paso es buscar un momento durante el día que puedas dedicarlo para ti. Al principio, en mi caso, esta decisión me parecía fuera de tono y me sentía egoísta, pero con el tiempo empecé a sentir que mi energía, mi genio y mi figura mejoraban. Para mi, fue clave pertenecer a un gimnasio pequeño donde pudiera tener acceso a su dueño y equipo de entrenadores, donde su razón de existir fuera la de instruir, acompañar y ayudar a materializar mis necesidades para lograr ver resultados.De esta manera llegaba todas las mañanas al gimnasio con la claridad de mi rutina de ejercicio para aprovechar al máximo esos escasos 60 minutos que serán la gasolina que me acompañará durante todo el día y que, adicionalmente me ayudarán para mi salud física y mental.
Habrá días en los que emocionalmente te veras tentado a abandonar la nueva rutina, y para evitarlo piensa que el tiempo pasa volando y al final te sentirás mejor pues el ejercicio genera no solo bienestar sino sensación de bienestar al tiempo que orgulloso de haber estado en movimiento y cumplido tu meta, y lo segundo es pensar en recompensas sencillas para mi, como una salida a comer, comprarme un atuendo, cambiar los tenis etc… Lo importante es que tengas una meta, retadora pero cercana que puedas cumplir y que una vez la cumplas te des tu recompensa. Algunas ideas de meta son: “Esta semana caminaré 15 minutos diarios a las 8 am”, “Voy a recorrer mínimo 1 milla 3 días a la semana en la banda”, etc.
La creación del hábito del ejercicio pasó la prueba de fuego cuando en Marzo de 2020 al principio de la pandemia aquel gimnasio que se había convertido en mi refugio cerró sus puertas para siempre. Esa hubiera sido la excusa perfecta para abandonar aquel compromiso, pero no dejé pasar más de tres días antes de ir organizando un espacio en la casa donde pudiera mantener el espacio que ya tenía destinado en la agenda para mi. Me fui ajustando a entrenar con videos y con lo que había aprendido tiempo atrás, fui creando mi equipo de pesas con cosas de la casa sin esperar a tener el gimnasio soñado para arrancar. Ese rincón fue mi salvación durante el tiempo en el que el mundo cerró sus puertas y nos obligó a estar en casa y esperar ante un futuro más incierto de lo normal. Hoy en día sigo entrenando en la casa y ya cuento con un gimnasio con una dotación decente, que cuando miro alrededor me doy cuenta de lo que he construido, de lo que he aprendido y en lo que he transformado mi mente y cuerpo a través del movimiento.
Sí vienes aplazando desde hace tiempo la actividad física, te aseguro que será siempre muy fácil encontrar las excusas para no hacerlo antes de tomar la decisión de cambiar la rutina. Atrévete a pensar en ti, a encontrar un balance en la vida priorizando y teniendo objetivos claros que estén alineados a tu proyecto de vida. Sé único y original, diviértete y genera un impacto en tu vida y en la de tus seres queridos. Deja las excusas atrás y atrévete! Un paso a la vez y lo lograrás!
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