Con frecuencia, las conversaciones sobre la grasa corporal se centran en su aspecto estético, mencionando términos como "llantas", "banano" o "salvavidas". Si bien es válido prestar atención a ese exceso de grasa localizada, es crucial que comprendas que existe otro tipo de grasa, quizás menos visible, pero más relevante para la salud: la grasa que rodea tus órganos internos.
Hoy, quiero enseñarte sobre dos tipos principales de grasa alrededor del abdomen: la grasa visceral y la grasa subcutánea.
¿Cuál es la diferencia entre ellas?
Grasa Visceral vs. Grasa Subcutánea
Grasa Visceral: Es la grasa que se acumula debajo de los músculos abdominales, rodeando órganos como el hígado, los intestinos, el páncreas y el corazón. Su presencia puede comprometer el funcionamiento óptimo de estos órganos debido a la presión que ejerce. Es importante destacar que no solo afecta a personas con sobrepeso u obesidad, sino también a personas delgadas.
La acumulación de grasa visceral está vinculada a hábitos de vida poco saludables, como una alimentación rica en azúcares, carbohidratos, aceites industrializados, grasas trans y alimentos procesados, junto con la falta de actividad física de fuerza.
Este tipo de grasa puede aumentar la inflamación en el cuerpo, desencadenar resistencia a la insulina, alterar los niveles de glucosa en sangre, triglicéridos altos y contribuir al desarrollo de enfermedades crónicas y problemas metabólicos.
Las personas con grasa visceral tienden a caracterizarse por tener un abdomen inflamado y duro.
Una alimentación a base de proteínas y grasas animales junto con un ambiente de luz adecuado es la solución más acertada para empezar a disminuir la concentración de la grasa visceral en tu cuerpo.
Grasa Subcutánea: Es la grasa que se encuentra por encima de los músculos abdominales, justo debajo de la piel, y es más fácil de detectar al pellizcar. Actúa como aislante térmico y, aunque en menor medida que la grasa visceral, el exceso puede conllevar problemas como aumento de peso, apnea del sueño y riesgos para la salud relacionados con el sobrepeso u obesidad.
Las personas con grasa subcutánea tienden a caracterizarse por tener un abdomen flácido.
El exceso de grasa subcutánea a menudo está relacionado con niveles elevados de cortisol, la hormona del estrés. Ante situaciones estresantes, tu cuerpo tiende a almacenar grasa como mecanismo de supervivencia. Ahora, cuando vives bajo estrés constante, ya sea emocional, físico, químico o ambiental, tu cuerpo liberará más cortisol, desencadenando una serie de cambios en tu organismo, incluyendo un aumento del apetito y la tendencia a buscar alimentos fritos y/o azucarados.
Una revisión general del estilo de vida que lleva la persona es la puerta de entrada para evaluar los hábitos y hacer los ajustes necesarios hacia una reducción y manejo del estrés, con el fin de actuar desde la raíz de los causantes y poder construir un estilo de vida saludable y no una dieta transitoria.
Ahora no quiero que malinterpretes de que solo las personas con músculos marcados y sin grasa son los saludables. ¡No! Tu cuerpo necesita de la grasa para poder vivir y funcionar adecuadamente, es cuestión de mantener el balance y no irse a los extremos.
Enfocarte en reducir la inflamación, mejorar el metabolismo y establecer un equilibrio celular será el punto de partida para mejorar tu salud y, como consecuencia, la pérdida de peso.
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